Nos bañamos, nos pusimos ropas cómodas para caminar, yo, porque ella horas esperando que se iba a poner, peinarse el cabello y acómodarlo a sus formas, sus perfumes, los aros haciendo juego con la tela de un vestidito, con flores, etéreo, siempre tan marroquí en vestimenta y colgantes.
Salimos despúes de esperar como todo un caballero las horas..., ella apurada, ansiosa de recorrer esta ciudad que se hizo mágica por ella, porque es lo que nos pasa siempre, la vida nos regala cosas, simples cosas para los mortales, mágicas y extraordinarias para nosotros.
Un taxista honorable, una camarera sonriente, una mirada especial de alguién, una poesía de un desconocido y muchas cosas más, que unicamente nosotros por raros que somos y porque creemos más allá de nuestra pequeña almita que siempre hay un duende a nuestro lado. Tienen el derecho de creernos como quieran, tienen el derecho de pensar que hemos ingerido algo, todo queda en la imáginación, todo queda en este mundo mágico de Laura y yo.
Nos pasamos charlando, riendo, caminando, siempre de la mano, siempre sostenidos uno con otro, no necesitabamos mirarnos para entender que sentiamos, simplemente nuestras manos decian por nosotros.
Empieza con ganas de comer un helado de dulce de leche, un helado, un helado empezamos a pensar y nuestras manos se apretaban cada vez más, era ese ok de permitirnos ese helado, tan codiciado para Laura, ya que estaba en el país del dulce de leche. Paramos un taxi, habíamos caminado por el Bajo, la peatonal Florida y llegamos, siempre llegamos a Av. de Mayo, subimos, nos acómodamos y dijimos Av. Boedo e Independencia, ya es el Barrio de Boedo, heladeria Leoyak, los mejores helados, cremosos, con frutas frescas y pedacitos de chocolate que es un deleite para el paladar y el ansia de Laura ya no podía frenar de saber eso de el dulce de leche hecho crema.
No hablabamos en el taxi, ya que era evidente que la dejariamos para compartir el helado, ese helado, frío, con texturas suaves, aromático, dulce , sutilmente dulce como nuestro deseo de él. Llegamos, bajamos casi apuradoss, casi locos por reirnos de las ganas de pedir y disfrutar.
Le pregunta el heladero cuantos gustos, se sorprende, me mira con cara de niña en reyes y le digo con voz paternal, dulce de leche y chocolate amargo, una conbinación bestial.
Salimos del local, con nuestro trofeo y nos sentamos en la vereda, en una mesita justo en la esquina de Av. Boedo e Independencia, miestras comia el helado, de golpe, sin saber de donde había salido aparece una señora, muy bella, cabellos rizados, una flor al costado, arrastraba un carrito de compra. Estaba vestida con un delantal de maestra jardinera, un cartelito que decia: Psicóloga, Coordinadora emocinal y otros títulos más que no alcanzaba a leer.
Se para de golpe y empieza a restregarse los ojos y se saca una lente de contacto mientras se dirige a Laurita y empieza a decir: Queres saber donde podés comer un helado rico, estos son una porqueria, mirá yo no vengo más, son unos locos, mientras tenía la lentilla en un dedo, en el otro un pañuelo de cuello de muchos colores, y una cajita de zumo, se da vuelta y le dice a la nada, Te dije!!!!!!!!!!!, sabes que se me sale, yo le dije al oculista, pero ese pelotudo, no sabe nada. Siiiiiiii, no ves que le dije que vayan a comer helado en lo de pírulo, ya lo sé, te dije!!!!, se nos da vuelta, Laura tenía la cuchara del helado en la boca, atónita, porque no veía a nadie al lado de la señora, yo riendome porque sabía que el duende de nuestra vida le traía ese regalo para la nochecita.
Se coloca atrás de Laura, ya no respiraba porque no sabía lo que estaba pasando atrás de ella, ella seguía hablando con ese alguién. Siiiiiii, ya le dije que es linda, pero no la vez, es linda, mira que carita tiene, se acerca a Laura mientras dejaba la lentilla sobre el pañuelo que lo había enguajado con zumo de naranja, yo me reía porque era ese regalo especial. Mira a Laura y le dice: abandonalo a este, por mí es feo, vos sos linda, se me salio la lente de contacto, y empieza a sacar cosas del carrito de las compras, libros, cd y empieza a hablar con ese nadie que la acompañaba, te dije!!!!!!!!!!, compro tantas porquerias, si tenés razón, compre 10 cd, sí, despúes vos me decis que no no leo, por eso compre los libros, para no escuchar los cd, se vuelve a Laura nuevamente y dice: Vos de donde sos?, Laura contesta de Valencia, pareces gitana, y este que feo que es, me haces acórdar a Horacio Salgan, para mí un honor parecerme a el maestro del tango, era un loco, estaba enamorado de una cantante, yo soy amiga de la prima, era una loca, divertida, fumada y le decia, si anda. Se da vuelta de nuevo y dice, siiiiii, te dije!!!, no te acórdas cuando ibamos a escucharlo tocar, es igual a Horacio, ya se lo dije.
Laura flipaba pero nunca dejo de comer el helado de dulce de leche con chocolate amargo, la mira y le dice: yo tengo un amigo para vos y lo dejas a este feo, Laura helado en boca, sonreía y me miraba, y sigue, se llama Alberto, le encanta los animales, es un churro bárbaro, y se junta los cuatro dedos para besarlos, demarcando que era un bacado de Cardenales, para Laurita.
Empieza a contar de su amigo y dice, el tenía un mono y le puso Lito, entendes, guiñando un ojo complice, Monolito, la sacaste, bueno el mono era un loco y se cayo al inodoro, te imáginas, Monolito, se fue a las alcantarillas, pero a parte había mordido a Pancracio, el perro que tenía y el Monolito este tenía rabia y murio tambien el loro. Quedo loco, nos invitó a nosotros al cementerio de mascotas y sabes que hizo, como no estaba el cuerpo de Monolito, arranco el inodoro y lo puso arriba de la tumba de Pancracio el perro que le hizo una cruz de marmol hermosa y nos dijo, no vamos a poner flores, nos hizo comprar alcachofas, repollos, lechuga y las puso como ramos floral, pero a vos te va a encantar es divino mi amigo.
Se volvio atrás devuelta y se coloco la lentilla con zumo de naranja, junto sus cd y los libros, y volvio hablar con su amigo imaginario y decia: Te dije!!!, vamos a tomar a la flor de Boedo, panaderia y cafeteria, pero no vamos, porque atienden mal, por eso te dije!!!!!!!!!, vamos a Margot. Vuelve a verme y le digo:que hermosos ojos que tiene señora, y me cuenta que el padre era español y que tenía los ojos color caramelo y se ponía frente al espejo y hablaba a los ojos, mientras su madre de decia ¿Con quién hablas?, le decia a su esposo, y ahí entendimos con Laura de donde venía su amigo que pensamos que se llama te dije!!!.
Tomó su carro de las compras y desaparecio como había aparecido, nunca la he visto en el barrio, nunca más la vimos con Laurita, ese regalo de las ciudades que son esos duendes de nuestra vida.
Gracias a esa señora y a Te dije!!!, por mostrarle a Laurita que a veces la locura de los personajes humanos son mas enriquecedoras que un frío shopping.